viernes, 6 de abril de 2012

Soy.



Vagando entre luceros de media noche,
abismados entre las letras de alguna canción,
perdidos en las esquinas de nuestra imaginación,
un tonto verso aquí, un pétalo de prosa por allá,
ven aquí, escucha mi oración.
Soy todas las sombras de los que se alejaron.
Soy los sueños de algún poeta,
musa de algún escritor,
soy el auge de mis sonrisas.
Soy el humo del cigarro perdido,
la tinta derramada esa madrugada,
 el adiós vivo de tristezas.
El sol que arde y la lluvia que muere.
Soy el destino embriagado de tus labios,
los versos leídos en luna menguante,
la vida del libro que leí,
la historia perdida que inventé.
Soy las heridas en carne viva.
Las lágrimas maquillando tus mejillas,
la sed de tu desierto estrellado,
Soy,
los versos escritos bajo el cielo despejado.
Eso, mucho más que eso.

"Se le puede adjudicar como suya, pero ella no tiene,
Ni nunca tendrá, lo que a usted le sobra.
Inspiración."



Me dijo, en aquella noche desvelada.

Dedicado a un amigo, Ali, he de llamarlo.