jueves, 14 de junio de 2012

Me revolotea el corazón en la garganta.


De pronto sientes que el mundo inmundo de personajes ficticios y de esperanzas ganadas, se convierte en otro vacío abismo,
donde el miedo gana audaz la batalla de no tener miedo y el corazón desalinea las lágrimas guardadadas.
Esperando una y otra vez algo, algo lleno de dudas y temores, de felicidad y encanto.
¿Acaso si ha valido la pena? vuelvo al tiempo donde dejé mis desánimos y encuentro el hilo donde camine pies descalzos.
Arraigada a las infinitas noches de desvelo y esfuerzo, atada a los resultados de mi esmero.
Espero él momento donde me aferre a los frutos del comienzo, a las pestañas de una pluma sin tinta o de un café espeso.
¿Y es aquí dónde todo empieza? ó ¿es aquí dónde todo termina?.
Empieza abrirse la puerta de ojos iluminados de fe y constancia, y a cerrarse el horizonte donde los dejé expuestos.
Termina la rutina implacable de vestir a una mañana monótona cubierta de problemas ajenos.
Empieza el enfrentamiento inédito con lo desconocido y termina el júbilo inalcanzable de asistir persistente.
Pero me perdí, regreso, en este caso, lo pasado esta oxidado.
Hola, hola corazón, sigues doliéndome aquí en el miedo.
hola, hola corazón, anuncia la fe que te he expuesto.
Hola, hola corazón, ¿Es tan complicado entenderte?.
Este inmenso cosquilleo que recorre el paso de la sangre por mis venas, gracias a ti que desconfías tanto de las caídas olvidadas,
te debo el cielo ida y vuelta para que regreses con más sonrisas que penas.
Reanima la concordancia de la locura de irme.

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